FRENOS TRASEROS

Grado de dificultad: MEDIO

    En cualquier mini, ya sea ese fulgurante Cooper que siempre vemos alejarse como una bala en cualquier puerto, o nuestro humilde 850 que se defiende como gato panza arriba, siempre fiel a su dueño, el apartado de los frenos es fundamental, si no queremos acabar en cualquier momento con el mini más cortito del club, siendo la envidia en todo tipo de concentraciones. Que si mira que mi coche sí entra en esa plaza de aparcamiento y el tuyo no, etc.

    Es imprescindible por lo tanto, que estos elementos se mantengan adecuadamente, con el líquido en perfectas condiciones, debiendo ser éste sustituido por lo menos cada dos años. Igualmente es conveniente que las zapatas se ajusten, aproximándolas adecuadamente para que el rendimiento de nuestros frenos sea el máximo. Aún así, siempre se dará un deterioro inevitable, debido a los materiales de los que están construidos las piezas que forman parte de los frenos, debiendo ser sustituidos al final de su vida útil. En este apartado describiremos el proceso para reparar los frenos traseros, los cuales son similares en todos los modelos de mini, a diferencia de los delanteros.

    En primer lugar debemos desmontar la rueda, para lo cual tenemos que retirar en primer lugar el tapacubos, en caso de poseerlo, con la ayuda de un destornillador. Para quitar la rueda nos ayudaremos con una llave en cruz o vaso de 17mm. Tras ello nos encontraremos con la siguiente estampa.

    Ahora ha llegado el momento de retirar el tambor de freno. Para eso tenemos que quitar los tornillos de estrella que lo fijan sobre el buje. Estos tornillos suelen estar bastante apretados, y si tratamos de quitarlos con un destornillador corriente corremos el riesgo de descabezarlos. Por eso es recomendable el uso de un destornillador de impacto, como el que vemos en la fotografía, con el cual mediante los golpes del martillo, obligamos a girar al tornillo a la vez que empujamos la punta del destornillador contra la cabeza.

    En el caso de que no resulte fácil sacar el tambor porque roce con las zapatas, nos ayudará aflojar el tornillo de aproximación de las zapatas, que se encuentra en la parte superior trasera, con una llave de 7mm girando hacia la izquierda.

    Tras quitar el tambor nos encontramos con el conjunto de las zapatas, muelles, bombín, etc. En primer lugar debemos desmontar las dos zapatas retirando sus muelles, que las mantienen constantemente en contacto con el bombín y los topes de regulación. Los muelles de retroceso van colocados detrás de las zapatas. El que lleva el arrollamiento en el centro se monta en la zona superior, mientras que el que lleva dos arrollamientos en los extremos va colocado en la parte inferior. Para desmontar las zapatas basta con retirarlas hacia los lados, marcando su posición para evitar errores durante el montaje. En el caso de que las zapatas sufran excesivo desgaste, y los tambores estén rayados, convendrá llevarlo al profesional adecuado para proceder al torneado de los tambores y el forrado de las zapatas. En ese momento ya podemos acceder al bombín para cambiarlo si se encuentra agarrotado o si pierde líquido hidráulico.

    Para desmontar el bombín debemos dirigirnos a la parte trasera del plato portafrenos. Primero desmontaremos el sangrador con una llave de 7mm. Ahora debemos quitar el tubo de cobre que alimenta el bombín con una llave de 11mm. Por último retiraremos la grupilla con un destornillador. Con esas operaciones el bombín queda libre para retirarlo.

    Para montar el bombín nuevo tenemos que empezar por desmontarle el sangrador. Lo introducimos en el agujero del plato portafrenos, sujetándolo con la grupilla nueva que se suministra normalmente con el bombín. Para introducir la grupilla nos debemos ayudar empujándola con un destornillador plano.

    Tras esta operación montamos el tubo de cobre, siempre que se encuentre en buen estado. Si no debe ser cambiado, así como el latiguillo de goma que va desde el chasis hasta el brazo de la suspensión trasera. Por último volveremos a colocar el purgador con la llave de 7mm.

    Realizada esta operación volvemos a montar las zapatas con los muelles. Para facilitar la labor es mejor colocar el muelle inferior sobre las zapatas, metiéndolas con este muelle ya en su lugar. Ahora montamos el otro muelle con cuidado en la parte superior y sin olvidar que van detrás de las zapatas. Si los colocamos por delante tendremos problemas puesto que las zapatas se inclinan hacia delante y rozarán con los tambores.

    Por último colocamos de nuevo el tambor y le ponemos los tornillos de estrella. Aún nos queda aproximar las zapatas. Con esto conseguiremos tener un buen tacto del pedal, ya que con pisarlo levemente el freno comenzará a actuar. Para ello giraremos el tornillo de aproximación hacia la derecha, hasta que el tambor empiece a girar con dificultades. En ese momento tenemos que aflojarlo un poco de modo que el tambor vuelva a girar con libertad.

    Para terminar la operación sólo nos queda tensar el freno de mano, mediante los tornillos a tal efecto que se encuentran junto a la palanca del freno.

    Rafa Prieto