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JAIME HARASIC

    Aunque sea un hecho conocido por los Minimaníacos de todo el mundo, hay ocasiones en las que es necesario escribir la historia porque en nuestros clubes hay mucha esperanzadora gente joven que ya está tomando el relevo de mantener vivo el MINI. Entre los que vivimos la adolescencia a finales de los 60, subyacía la idea que el MINI era un fenómeno exclusivo de una docena de países de la Europa occidental. Conforme se configuraba el perfil de un clásico, aparecían clubes en lugares tan sorprendentes como Sudáfrica, Australia y Sudeste Asiático. Hasta el mismísimo John Cooper, quedó impresionado cuando se le encargó un kit especial para los Minis de los aficionados japoneses. ¿Quedaba algún rincón del mundo por conquistar?. Pues, no. Rotundamente, no. Aunque no sea conocido por muchos, todo el enorme continente americano también había sido invadido por el Mini simultáneamente a los demás. Hay más clubes en el Norte, pero la pasión la ponen los del Centro y Sur, como era de esperar. El MINI fue fabricado también en Chile, y también fue montado en Venezuela. Por lo que nos cuentan quedan pocos, pero los suficientes para ser imprescindibles si se ha de hablar del MINI. Éste también tiene una parte de corazoncito latino que le hacer ser tan grande.

    Acabamos de abrir una página dedicada a los Minis más fantásticos del mundo y lo hemos querido hacer con todos los honores con un sudamericano. Se lo merecen.

    Jaime Harasic (el de la foto) es un chileno afincado en Paraguay. Es el presidente del Club de Minis de Paraguay y las fotos que estáis viendo con tanto detenimiento es de su MINI. Hemos ampliado algunas fotos, aun a costa de romper la estética de la página, porque nos imaginamos a gente con una lupa para ver mejor los detalles mecánicos. Sí, eso que estáis viendo, ¡Puede girar a 8.000 r.p.m.!

    A Jaime lo conocí personalmente en Iguazú (Brasil) en el verano del 2000, como embajador del Club Mini Cooper. Si el lugar era maravilloso, la gente con la que me encontré lo fue más. ¿Os imagináis hablar de Minis en un lugar tan lejano, y sin tener que hacer esfuerzos con el inglés?. Las entrañables historias que me contó (Un trabajo en Italia, viajes, etc) son las mismas que las que se vivieron en Europa. Recuerdo en alguno de aquellos exóticos paseos pensar cómo podía encajar un MINI en aquella decoración.  Pero allí todo es posible, por algo es ¡AMÉRICA!. Personas como Jaime han hecho posible que el MINI sea también un latino de pura cepa. Somos muchos los que nos sentimos orgullosos de ello.

¡La zona roja está en las 8.000 r.p.m.!



    Jaime nos ha facilitado amablemente sus características:

 

MINI-LATIN-LOVER

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